En un país tan diverso como México, la climatización evaporativa industrial (o sistemas de enfriamiento por evaporación) representa una opción cada vez más popular para refrescar grandes espacios con menor consumo energético. Desde la experiencia de BioAire en instalaciones de climatización evaporativa en México y Europa, sabemos que estos sistemas ofrecen enormes ventajas: son más eficientes, no usan refrigerantes agresivos y renuevan el aire constante, mejorando la calidad ambiental. Sin embargo, operar en el sector industrial obliga a cumplir estrictas normas medioambientales. Las leyes y normas mexicanas exigen limitar contaminantes atmosféricos y optimizar el uso de energía, por lo que las empresas deben anticiparse para evitar sanciones y, a la vez, ganar competitividad. A continuación revisamos las principales disposiciones legales (NOMs y leyes) aplicables a la climatización industrial, centrando el foco en sistemas evaporativos y su comparación con sistemas tradicionales, y damos una guía paso a paso para que la empresa se prepare para cumplir con todo.
Ley General de Cambio Climático y compromisos nacionales
La Ley General de Cambio Climático (LGCC) establece el marco jurídico nacional para mitigar emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse al cambio climático. Reformada en abril de 2018, incorporó los compromisos del Acuerdo de París. Por ejemplo, México adoptó su Contribución Nacionalmente Determinada (NDC) como instrumento clave, con metas de mitigación y adaptación alineadas con el límite global de 2 °C (idealmente 1.5 °C). Este cuerpo legal manda también crear un Programa Nacional de Adaptación y avanzar hacia un mercado de carbono para reducir emisiones al menor costo. Como resultado, el país se comprometió a alcanzar reducciones incondicionales de emisiones del 35% respecto al escenario tendencial para 2030 y lograr emisiones netas cero para 2050. Estas metas obligan a todas las industrias (incluido el sector HVAC) a volverse más eficientes y limpias, pues cada kWh de electricidad que consume un equipo de climatización convencional produce CO₂ que impacta directamente los objetivos climáticos.
Norma NOM-CCAT-001-ECOL-2021: límites de contaminantes atmosféricos
Además de la LGCC, existen normas oficiales sobre contaminantes atmosféricos. La NOM-CCAT-001-ECOL-2021 regula los “niveles máximos permisibles de contaminantes atmosféricos” para fuentes fijas, incluyendo muchas instalaciones industriales (calderas, generadores de calor o procesos que emitan gases y partículas). Esta norma actualiza criterios de emisiones de óxidos de nitrógeno, azufre, monóxido de carbono, partículas, etc., obligando a industrias a instalar tecnología de control (como filtros o quemadores de bajo NOx) o cambiar combustibles, para no exceder dichos límites. En la práctica, esto significa que un sistema de climatización indirecto que queme combustible (p. ej. caldera de vapor para enfriador por absorción) debe ser revisado: sus emisiones no deben superar los máximos establecidos por la NOM-CCAT. Si la empresa anticipa ya esta norma y elige sistemas evaporativos –que no queman fuel sino usan sólo agua y ventiladores–, estará por debajo de la mayoría de estos umbrales por diseño, pues prácticamente no emite contaminantes atmosféricos (salvo una mínima fracción de dióxido de carbono del consumo de energía eléctrica).
Eficiencia energética: NOM-008-ENER-2001 y otras NOM-ENER
Para reducir emisiones indirectas (GEI por generación eléctrica), México exige eficiencia energética. La NOM-008-ENER-2001 establece exigencias al diseño de edificios no residenciales: limita la ganancia de calor en la envolvente (muros, techo, vidrios) para racionalizar el uso de energía en los sistemas de enfriamiento. En otras palabras, obliga a que la construcción y aislamiento de naves o plantas industriales minimice la necesidad de enfriamiento artificial. Aunque esta norma es de envolvente, su efecto principal es reducir la carga térmica y, por tanto, la demanda de climatización. Así, si se aplica bien, se puede necesitar equipos más pequeños y eficientes. Para equipos de aire acondicionado tradicionales (vapor-comprimido), hay además diversas NOM-ENER: por ejemplo la NOM-011-ENER-2006 regula la eficiencia de aires acondicionados centrales y “split”, y la NOM-021-ENER/SCFI-2017 cubre unidades tipo cuarto (ventana). Estas normas exigen etiquetado energético y establecen límites mínimos de Coeficiente de Rendimiento (COP) o EER. Aunque aún no hay una NOM específica para chillers evaporativos, el proyecto PROY-NOM-012-ENER-2017 (en consulta pública) sí contempla eficiencia de unidades evaporadoras y condensadoras de refrigeración. Esto indica que en el futuro los sistemas evaporativos también deberán certificarse frente a criterios similares, garantizando su bajo consumo.
Climatización evaporativa vs sistemas tradicionales: perspectivas regulatorias
¿Por qué elegir climatización evaporativa? Desde la perspectiva regulatoria y ambiental, las ventajas son claras. Primero, consumen muchísima menos energía: estudios y fabricantes coinciden en que un enfriador evaporativo usa alrededor de un 80% menos de energía eléctrica que un aire acondicionado convencional. Mientras un minisplit (12.000 BTU) puede necesitar más de 1.100 W para enfriar pequeños espacios, un gran ventilador evaporativo puede operar con pocos cientos de watts. Menos energía significa menos emisiones de CO₂ por generación eléctrica (y menor factura de luz). Segundo, los sistemas evaporativos no usan gases refrigerantes (CFC, HFC), que son potentes gases de efecto invernadero regulados internacionalmente. Al enfriar vía evaporación de agua, evitan fugas de refrigerante y problemas de desecho de HFC; esto facilita el cumplimiento de normas ambientales (por ejemplo, la Ley de Transición Energética o protocolos de Montreal). Tercero, expulsan aire “nuevo” al interior (renovación continua) y suelen mejorar la humedad relativa, lo que puede contribuir a ambientes de trabajo más saludables.
En contraste, los sistemas de aire acondicionado convencionales requieren compresores, condensadores y ciclos con refrigerante, lo que significa mayor complejidad, más mantenimiento y consumos altos. Reglamentariamente, los AC deben cumplir sus NOM-ENER específicas; además, en áreas sensibles las emisiones indirectas del uso de su energía (basada en combustibles fósiles) son un factor que debe sumarse al inventario de emisiones de la empresa. Por todo ello, adelantarse al cambio a climatizadores evaporativos puede ser una táctica ganadora: la empresa cumple más fácilmente con NOM-CCAT y NOM-ENER, reduce costos y mejora su huella ambiental.

Cómo preparar a la empresa para cumplir la normatividad
Para asegurar que sus sistemas evaporativos y de climatización industrial cumplen la legislación vigente, una empresa debe seguir varios pasos clave:
- Inventario y diagnóstico inicial: Hacer un diagnóstico de los sistemas actuales: identificar equipos de climatización, ventilación y enfriamiento, comprobando datos como consumo eléctrico, tipo de refrigerante (si los hay) y parámetros de eficiencia. Medir las emisiones actuales (por ejemplo, a través de registros de consumo de combustible en calderas) para tener una línea base de contaminantes y consumo energético.
- Auditoría energética: Realizar auditorías energéticas conforme a la NOM-ENER aplicable, evaluando la eficiencia de equipos (NOM-011, NOM-021, otras) y de la envolvente (NOM-008). Detectar fugas de aire, aislamientos deficientes o equipos obsoletos que podrían no cumplir las normas de eficiencia.
- Plan de adecuaciones: Con base en la auditoría, desarrollar un plan para actualizar equipos. Por ejemplo, si hay aires acondicionados anticuados, evaluar reemplazarlos por sistemas evaporativos o modelos Inverter de alta eficiencia, alineados con la NOM-023-ENER/2018 o NOM-026-ENER/2015 (para “split” con inversor). Para la envolvente, establecer mejoras en aislamiento térmico o recubrimientos solares que cumplan la NOM-008-ENER-2001.
- Monitoreo y mantenimiento: Instalar sistemas de monitoreo de consumo eléctrico y emisiones (registradores de CO₂, flujos de gas, analizadores de combustión) para verificar en tiempo real el cumplimiento. Establecer rutinas de mantenimiento para torres o enfriadores evaporativos: limpieza de filtros y paneles, control de fugas de agua (para evitar brumas ácidas) y calibración de controles. La NOM-CCAT-001-ECOL-2021 puede exigir verificaciones periódicas de emisiones, por lo que llevar bitácoras y pruebas de laboratorio certificadas es clave.
- Capacitación y protocolos: Formar al personal de mantenimiento sobre las buenas prácticas (por ejemplo, no añadir químicos contaminantes al agua del evaporador) y requerimientos legales (como mantenerse al día con reformas a la LGCC o NOMs). Implementar protocolos internos de actuación ante contingencias ambientales (p. ej. apagar sistemas no críticos en episodios de mala calidad del aire) para cumplir incluso las restricciones locales de contaminación.
Beneficios competitivos de cumplir antes que exigirlo la ley
Anticiparse a las normas genera ventajas claras. Cumplir tempranamente con los límites de emisiones y eficiencia convierte a la empresa en líder en sostenibilidad, mejorando su reputación ante clientes, inversionistas y reguladores. Además, el ahorro energético directo y la disminución de penalizaciones por multas ambientales reducen costos operativos, incrementando la rentabilidad. Una empresa con climas industriales más limpios puede acceder antes a beneficios o apoyos gubernamentales (por ejemplo, fondos de ahorro energético de FIDE o programas de energía renovable). Finalmente, al adoptar tecnologías eficientes (como sistemas evaporativos avanzados), la organización contribuye a los compromisos nacionales de mitigación: cada tonelada de CO₂ evitada se acerca a las metas del país bajo la LGCC.
Checklist: Cumple con las normativas paso a paso
- Auditoría completa del sistema de climatización: Contrate profesionales para evaluar rendimiento de equipos existentes, consumo energético y emisiones.
- Verificación de NOM-CCAT: Si tiene calderas o generadores de calor, solicite análisis de emisiones de NOx, SO₂, PM para confirmar que cumplen con los niveles de la NOM-CCAT-001-ECOL-2021.
- Revisión de eficiencia energética: Compare los equipos actuales contra requisitos de las NOM-ENER aplicables (011, 021, 023, 026…). Obtenga el etiquetado FIDE/SE, si aplica, o planifique su actualización.
- Mejoras en infraestructura: Mejore el aislamiento de paredes, techos y ventanas según NOM-008-ENER-2001. Esto reduce la carga térmica y mejora la eficiencia global.
- Actualización tecnológica: Instale o amplíe sistemas evaporativos (torres de enfriamiento o enfriadores evaporativos industriales) que consuman menos energía que A/C tradicionales. Asegúrese de contar con las aprobaciones reglamentarias y certificaciones de equipo.
- Monitoreo continuo: Implante medidores eléctricos inteligentes y sensores de emisiones. Procure cumplir los requerimientos del Registro de Emisiones (RETC) de SEMARNAT si genera GEI por consumo eléctrico o combustible.
- Mantenimiento preventivo: Realice mantenimiento periódico (limpieza de media filtrante, chequeo de motores) para mantener la eficiencia en óptimas condiciones y evitar exceder umbrales de emisión involuntariamente.
- Documentación y cumplimiento legal: Mantenga actualizada la documentación (certificados de calibración, bitácoras de operación) para auditorías ambientales. Verifique que todos los procedimientos internos reflejen las obligaciones de la LGCC y las NOM aplicables.
- Sensibilización organizacional: Capacite a su equipo en prácticas verdes: apagado de equipos en paros, uso racional del agua en los enfriadores evaporativos, reporte de fugas. Involucre a todos en la cultura del ahorro.
- Revisión constante de actualizaciones normativas: Esté al tanto de reformas o nuevas NOM (por ejemplo, el avance de la PROY-NOM-012-ENER para chillers evaporativos) y ajuste el plan corporativo de cumplimiento a medida que cambie la legislación.
Cumplir con estas normas no solo es obligacion legal, sino una oportunidad de mejora continua. Adelantarse a la regulación convierte a la climatización industrial en un elemento de valor agregado: los sistemas evaporativos bien implementados reducirán costos energéticos y huella ambiental, alineando a la empresa con la sostenibilidad global y la competitividad futura.